La disfunción eréctil se define como la incapacidad de mantener la erección del pene con la suficiente fuerza y durante el tiempo necesario para mantener relaciones sexuales de calidad.
Según los estudios epidemiológicos, la disfunción eréctil es un problema relativamente frecuente, que afecta a más de la mitad de los hombres mayores de 50 años, pero no es una excepción ni siquiera en los hombres más jóvenes.
La mayoría de los hombres experimentarán al menos problemas temporales de erección. Los principales factores de riesgo son el tabaquismo, la aterosclerosis, la diabetes o las intervenciones quirúrgicas en la zona pélvica.
La disfunción eréctil también suele darse en pacientes que reciben tratamiento para la hipertensión (tensión arterial alta), cuando se toman fármacos para bajar la tensión arterial. La hipertensión es una enfermedad muy extendida en la República Checa.
Del mismo modo, algunos otros fármacos pueden afectar negativamente a la capacidad de conseguir una erección. Los problemas de erección pueden desarrollarse de forma repentina o gradual. Una pérdida repentina de la capacidad eréctil puede ser una señal de advertencia de una enfermedad grave.

Diagnóstico de la disfunción eréctil
La disfunción eréctil puede ser señal de una enfermedad grave, por ejemplo, cardiopatía coronaria, diabetes, ictus y otras. Por tanto, es importante que un médico te examine cuidadosamente.
Los métodos de diagnóstico han mejorado mucho en los últimos años, sobre todo con el uso de los ultrasonidos. Los diagnósticos actuales son en su mayoría no invasivos y mucho más precisos. El objetivo principal es determinar el tipo exacto de disfunción eréctil.
La parte básica de la exploración consiste en una anamnesis y una exploración física detalladas, centradas en la zona pélvica y los genitales externos. Concretamente, se evalúa el pene en reposo y durante la erección, que se induce mediante la inyección de una sustancia vasoactiva directamente en el cuerpo calloso.
La ecografía con medición del flujo vascular es una parte esencial del diagnóstico. Se trata de un método no invasivo e indoloro.
Rara vez se realizan otros exámenes, como radiografías con medio de contraste inyectado en una vena o directamente en el cuerpo calloso. En algunos casos, también son adecuados la resonancia magnética y otros procedimientos diagnósticos más complejos.
Basándose en el examen interno, el médico evaluará si la disfunción eréctil es una manifestación de otra enfermedad grave. Si es así, primero debe tratarse la causa de la enfermedad, y se pospone el tratamiento de la disfunción eréctil en sí. Algunos ejemplos son la cardiopatía coronaria con riesgo de infarto, la hipertensión con riesgo de ictus, la aterosclerosis o la diabetes.
Si se descartan enfermedades graves, probablemente haya una causa orgánica detrás de la disfunción eréctil. Lo más frecuente es que se trate de un trastorno del riego sanguíneo, causado por la aterosclerosis de las arterias de alimentación.
Entre las causas metabólicas, destaca la diabetes, que combina el riesgo de dañar tanto los vasos sanguíneos como las fibras nerviosas. Las causas neurogénicas pueden estar relacionadas con enfermedades neurológicas o daños en los nervios periféricos, por ejemplo tras una intervención quirúrgica pélvica.
La mayoría de las veces esto ocurre tras una operación radical de cáncer de próstata. El objetivo del examen es determinar la causa exacta del deterioro o la pérdida de erección y elegir el tratamiento adecuado en consecuencia.
Si no se confirma una causa orgánica, como una alteración del riego sanguíneo o del flujo venoso, el trastorno puede ser de origen psicógeno. Este tipo es bastante menos frecuente hoy en día.

Clasificación de las causas
Las causas de la disfunción eréctil se dividen en psicógenas y orgánicas. Las causas orgánicas incluyen las vasculares, las neurogénicas y otros tipos. Lo más frecuente es identificar una causa orgánica, siendo el origen arteriogénico el más común.
Con la aterosclerosis, se producen cambios en las arterias de alimentación, lo que provoca un flujo sanguíneo insuficiente, necesario para mantener una erección. Otra posible causa de disfunción eréctil son las complicaciones tras una intervención quirúrgica en la zona pélvica.
La intervención quirúrgica más frecuente hoy en día es la prostatectomía radical (extirpación de un tumor de próstata). Hace más de veinte años, se asumía mayoritariamente que la causa principal era un factor psicógeno. Esta opinión ha cambiado debido al desarrollo de los métodos de diagnóstico, especialmente la ecografía, y también a la introducción de nuevos fármacos eficaces, por ejemplo con el citrato de sildenafilo.
Una causa psicógena suele darse en pacientes jóvenes. Una ayuda para distinguir entre causas psicógenas y orgánicas pueden ser las erecciones nocturnas. Las erecciones nocturnas se producen independientemente de la estimulación erótica, y si el paciente las tiene, es más probable que la causa sea psicógena; por el contrario, si no, puede ser orgánica.
Opciones de tratamiento para la disfunción eréctil
Hoy en día, el tratamiento de la disfunción eréctil es muy eficaz. El factor clave del éxito es un diagnóstico preciso. Se han logrado avances significativos gracias al descubrimiento de fármacos modernos con un alto grado de eficacia.
Si la disfunción eréctil está causada por un suministro vascular deficiente, se emplean fármacos que promueven el aumento del flujo sanguíneo a los cuerpos toporosos. El representante más famoso de este grupo es el Viagra, que contiene el principio activo citrato de sildenafilo.
Tras tomar estos preparados, las arterias de suministro se dilatan influyendo en la compleja regulación del flujo sanguíneo en los cuerpos vertebrales. Además del sildenafilo, existen otros fármacos con un efecto similar: tadalafilo (Cialis), vardenafilo (Levitra) y avanafilo (Spedra).
Los preparados individuales difieren en la velocidad de inicio y la duración de la acción.
Uso de medicamentos y restricciones
Los preparados que contienen las sustancias activas enumeradas en el sumario (ver tabla) no son adecuados para las personas tratadas con nitratos debido a una enfermedad arterial coronaria. La combinación de estos fármacos puede causar complicaciones graves, incluso mortales. Antes de iniciar esta terapia, es esencial realizar un examen exhaustivo y consultar a un médico especialista.
Mecanismo de acción y condiciones de eficacia
El principal efecto de estos fármacos es aumentar el flujo sanguíneo a los cuerpos toporosos. Sin embargo, su uso por sí solo no basta para lograr una erección: es necesaria una estimulación erótica, mental o física. Una vez conseguida la excitación, el fármaco contribuye a una erección más firme y prolongada. En caso de efecto débil, se puede ajustar la dosis, pero sólo tras consultar a un médico.
Tratamiento alternativo - terapia inyectable
Si el tratamiento oral con fármacos vasoactivos no es suficientemente eficaz, existe la posibilidad de inyectarlos directamente en los toporos. Este método se denomina tratamiento intracavernoso. Hoy en día se utilizan principalmente bloqueantes de la prostaglandina E, como Karon o Caverjet. El tratamiento requiere la cooperación activa del paciente, que aprende a administrarse las inyecciones de forma independiente.
La ventaja de esta terapia es su gran eficacia, el inconveniente es la necesidad de inyecciones, que puede ser desagradable, y el riesgo de efectos secundarios. El riesgo más grave es un trastorno llamado priapismo: una erección prolongada y dolorosa que no está asociada a la excitación sexual. Si dura más de 4 horas, pueden producirse daños permanentes en los cuerpos eréctiles, lo que provoca la incapacidad de tener otra erección. Es importante estar alerta ante esta afección y saber dónde y cómo abordarla.
Otras opciones: tratamiento uretral y mecánico
Una alternativa al método inyectable es inyectar el fármaco directamente en la uretra mediante un aplicador especial. Sin embargo, esta opción es costosa, menos eficaz y se asocia a una mayor incidencia de reacciones adversas, lo que limita su uso generalizado en la República Checa.
Los métodos mecánicos de tratamiento incluyen las bombas de vacío. Se trata de un dispositivo en forma de cámara de vacío en la que se introduce el pene. Con la ayuda del vacío, se crea una erección, que luego se mantiene con la ayuda de un anillo de plástico flexible que se coloca en la raíz del pene. Este anillo impide que la sangre salga por las venas y prolonga así la duración de la erección. Sin embargo, se desaconseja totalmente el uso de bombas no homologadas o no certificadas, ya que su eficacia y seguridad no están garantizadas. Es aconsejable ponerse en contacto con una clínica especializada en andrología.
Tratamiento quirúrgico: prótesis de pene
En los casos en que todos los métodos anteriores han fracasado, la implantación de una prótesis de pene es el último recurso. Este procedimiento quirúrgico consiste en extirpar el tejido natural del cuerpo lúteo, que está irreversiblemente destruido, y sustituirlo por un implante mecánico.
Los implantes de pene pueden ser semirrígidos (parcialmente flexibles) o hinchables (inflables). El primer tipo mantiene el pene en erección permanente, el segundo permite una erección controlada según las necesidades del paciente gracias a un mecanismo especial. La opción semirrígida es menos cara pero a menudo incómoda, mientras que el implante hinchable puede costar más de 200.000 CZK pero ofrece mayor comodidad.
Prevención de la disfunción eréctil
Como ocurre con muchas otras enfermedades, en el caso de la disfunción eréctil es preferible centrarse en la prevención que en el tratamiento posterior. Es esencial eliminar los factores de riesgo, como el tabaquismo, el sobrepeso y otros factores que contribuyen a la obesidad y al desarrollo de la aterosclerosis.
Preguntas frecuentes sobre la disfunción eréctil
¿Es frecuente la disfunción eréctil?
Los trastornos eréctiles son un problema bastante extendido entre la población general. Aproximadamente el 50% de los hombres mayores de 50 años tienen alguna dificultad con la erección del pene.
Una de las principales razones de la elevada prevalencia es un estilo de vida poco saludable, que incluye el tabaquismo, el sobrepeso, la diabetes y otras enfermedades crónicas, que a menudo conducen a la corrosión arterial (aterosclerosis).
¿Cómo se reconoce y diagnostica la disfunción eréctil?
El síntoma principal es una erección debilitada o ausente. Esta afección puede surgir gradualmente o aparecer de repente. En caso de deterioro repentino de la capacidad eréctil, es aconsejable someterse a un examen médico, ya que puede ser señal de un problema de salud más grave.
Hoy en día, es posible realizar un examen no invasivo, la mayoría de las veces mediante el diagnóstico por ultrasonidos. Encontrarás más información en el capítulo Diagnóstico de la disfunción eréctil.
¿Puede mejorarse la calidad de la erección cambiando los hábitos de vida?
Sí, los cambios en el estilo de vida suelen ser el primer paso para mejorar la función sexual. Se recomienda:
Reducción de peso si hay sobrepeso u obesidad
Inclusión de ejercicio regular
Reducción o eliminación del consumo de tabaco, alcohol, café y sustancias adictivas (por ejemplo, metanfetamina, heroína).
Reducción del estrés, dormir y descansar lo suficiente
Estas medidas suelen conducir no sólo a una mejora de la erección, sino también de la salud en general.
¿Cuándo no son adecuados los fármacos PDE-5?
Los fármacos que favorecen la erección (inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5) no son adecuados para los hombres con angina que toman nitratos. Además, tras un infarto de miocardio o un ictus recientes, su uso es inadecuado.
Para las personas con enfermedades de la sangre, del corazón o del hígado, es necesario consultar previamente a un médico antes de iniciar el tratamiento.
¿Cuáles son los posibles efectos secundarios de los fármacos para la disfunción eréctil?
Cuando se sigue la dosis correcta, estos productos se consideran seguros. Los efectos secundarios más frecuentes son
Dolor de cabeza
Enrojecimiento de la cara
Indigestión
nariz taponada (congestión de la mucosa nasal)
El priapismo, es decir, las erecciones dolorosas prolongadas, no se ha descrito habitualmente con su uso.
¿Qué fármacos pueden afectar negativamente a la erección?
La función eréctil puede verse afectada negativamente por determinados fármacos, en particular:
Medicamentos para la hipertensión: por ejemplo, betabloqueantes, inhibidores de la ECA o antihipertensivos de acción central
Antidepresivos: principalmente tricíclicos, inhibidores de la MAO e ISRS
Sin embargo, con los ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), el efecto sobre las erecciones es más leve en comparación con los tipos más antiguos de antidepresivos.